En 1922 nacía en Nogueira de Ramuín Enrique Gómez Pato que siendo niño se mudaría a Ourense con su familia y allí descubriría el mundo de la joyería y relojería.

Empezó aprendiendo el oficio en la Joyería Valcarcel de la calle Santo Domingo ourensana y, movido por sus inquietudes, decidió emprender camino en solitario, tras la bendición de su mentor, trasladándose a Verín.

Su nuevo destino suponía un desafío a nivel laboral y social, sin vínculos que lo uniera a esta tierra de acogida, pasó sus primeros días en la mítica Fonda Juanita, hasta que el amor se cruzó en su vida y fue eso lo que le unió definitivamente a la villa de Verín, formando una familia y dando comienzo a una saga de joyeros que llega a nuestros días personificada en su nieta Esther.

Era 1947 cuando PATO joyeros abría sus puertas por primera vez.

Pero lo que comenzó con un taller de reparación, pronto se convirtió en un obrador en el que el oro y la plata danzaban al compás de su tas. Paralelamente a su recorrido como joyero, discurre también su labor como corresponsal del periódico La Región, narrando las noticias más destacadas de la zona y escribiendo artículos de opinión. Dramaturgo y poeta, llegó a representar sus obras literarias en la capital de la provincia con artistas destacados de la época. Lo que nació como un pequeño negocio de joyas y relojes, se había convertido en un pequeño centro artístico. En su taller se mezclaba oro y cultura a partes iguales.

Corría el año 1968 cuando su hijo, Antonio Gerardo Gómez Quesada, decide unirse al equipo y seguir con la tradición artística joyera que su padre había comenzado y que él, como discípulo, había aprendido. Además completaría su formación con varios cursos en escuelas de joyería y relojería de la comunidad,

Y, ahora, en el 2020, es su nieta Esther Gómez Álvarez, que cambia totalmente de sector al dejar atrás la ingeniería, oficio que le había dado la oportunidad de viajar y empaparse de otras culturas con amplia tradición joyera como la musulmana o la india, y decide adentrarse en el negocio familiar siguiendo con la tradición, pero dándole una imagen renovada e integrando nuevas técnicas de trabajo, así como el diseño 3D. Todo ello, al tiempo que cursa el Grado de gemología de la Universidad de Barcelona impartido en la Escuela de joyería del Atlántico en Vigo.

PATO joyeros se convierte así en algo más que una joyería y relojería tradicional donde, no sólo encontrará  joyas artesanales, si no también joyas sostenibles, comprometidas con nuestro planeta. No olvidemos que todas las creaciones de PATO joyeros se realizan con materias primas recicladas, dando una segunda vida a esas joyas olvidadas, aumentando el simbolismo y la carga sentimental de la creación final y evitando el uso de materiales no sostenibles, aportando nuestro granito de arena al cambio necesario de esas malas prácticas que ayudan a la destrucción del planeta y restan derechos humanos fundamentales a los que allí habitan .

Son objetos únicos, exclusivos, para los que buscan diferenciarse del resto.

Utilizamos cookies propias y de terceros para mejorar nuestros servicios y mostrarle publicidad relacionada con sus preferencias mediante el análisis de sus hábitos de navegación. Si continua navegando, consideramos que acepta su uso. Leer más